sábado, 15 de septiembre de 2012
Chau gente!
martes, 27 de marzo de 2012
Ando por la vida como el Moon Patrol
Se acuerdan? El jueguito del tanque que avanzaba por un paisaje lunar donde perdías si caías en un pozo o si eras blanco de los OVNI. Nunca paraba de avanzar, podíamos acelerarlo, pero no frenaba. Si saltaba y también disparaba hacia arriba en linea recta. Yo ando por la vida haciéndome la que piloteo uno pero no tomo las decisiones: Le he cedido el volante a la bestia.
En mi caso el joystick está acelerando la mayor parte del tiempo y es por eso que me cuesta más calcular bien y evitar los pozos, de los disparos me evado mejor, pero los malditos pozos siempre me hacen estallar.
No me fue bien, no me va bien. ¿Que hacen ustedes cuando tienen un defecto muy pero muy instaurado y realmente no saben como repararlo? Yo escribo, me auto vuelvo loca la cabeza ya loca de por si pero igualmente no consigo dejar de ser este satélite fuera de órbita. Como un globo que lo inflan y después lo sueltan y sale disparado y no para hasta que está vacío.
No paro hasta que es muy muy tarde o ya hay demasiado lío alrededor.
Esa es la bestia. Yo no tengo clarísimo el porqué de todas mis actitudes. Y en contadas ocasiones pienso antes de hablar.
Me hace feliz cuando las personas que me rodean no se toman mi personalidad como un ataque personal sino como una excentricidad simpática o una estupidez ante la cual sonreír con ternura, hasta con pena incluso. En cambio me encabrona que me acusen de estar deseando el mal, en cualquiera de sus formatos.
Me sorprende la soltura con las que algunas personas se toman la atribución de hablar mal de mi conmigo. Yo siempre he bienvenido eso como una muestra de confianza y de sinceridad. Pero cuando ese discurso empieza a interferir con mi autoestima y se vuelve insistente hago un stop: ¿Que le pasa a esta persona? Si me ve así como dice entonces debería salir corriendo, ¿Porqué sigue acá? ¡Si saco una foto de la imagen que tiene de mi en su cerebro veremos a la peor escoria del universo! Y si esa persona me importa apasionadamente suelo cometer el peor error del mundo: intento dejar de ser como soy, quiero ser como esa persona preferiría que sea.
Cuando intentamos dejar de ser algo que somos se nos dispara el lazer de moon patrol, y ya es muy sabido que no se debe disparar hacia arriba... escupir hacia arriba reza un dicho. Todo empeora, las cagadas nos las mandamos con mayor intensidad y lo que antes molestó a esa persona ahora se multiplica, eso trae aparejadas más y más dicuciones y a mayor intento de no equivocarnos encontraremos muchas veces mayor equivocación. Andamos en puntas de pie a su alrededor pero por lo mismo perdemos el equilibrio y le volcamos un pote de pintura encima.
¿Que destino tienen las bestias? ¿Otras bestias? ¿No tenemos permiso en el ámbito de esos seres celestiales incapaces de equivocarse? Si son tan perfectos me pregunto como no se han dado cuenta aún de que mi chispa es imposible de planear: pero no por eso mi plan descuartizarlos con mis garras, es todo lo contrario, la bestia solo quiere abrazar.
En mi caso el joystick está acelerando la mayor parte del tiempo y es por eso que me cuesta más calcular bien y evitar los pozos, de los disparos me evado mejor, pero los malditos pozos siempre me hacen estallar.
No me fue bien, no me va bien. ¿Que hacen ustedes cuando tienen un defecto muy pero muy instaurado y realmente no saben como repararlo? Yo escribo, me auto vuelvo loca la cabeza ya loca de por si pero igualmente no consigo dejar de ser este satélite fuera de órbita. Como un globo que lo inflan y después lo sueltan y sale disparado y no para hasta que está vacío.
No paro hasta que es muy muy tarde o ya hay demasiado lío alrededor.
Esa es la bestia. Yo no tengo clarísimo el porqué de todas mis actitudes. Y en contadas ocasiones pienso antes de hablar.
Me hace feliz cuando las personas que me rodean no se toman mi personalidad como un ataque personal sino como una excentricidad simpática o una estupidez ante la cual sonreír con ternura, hasta con pena incluso. En cambio me encabrona que me acusen de estar deseando el mal, en cualquiera de sus formatos.
Me sorprende la soltura con las que algunas personas se toman la atribución de hablar mal de mi conmigo. Yo siempre he bienvenido eso como una muestra de confianza y de sinceridad. Pero cuando ese discurso empieza a interferir con mi autoestima y se vuelve insistente hago un stop: ¿Que le pasa a esta persona? Si me ve así como dice entonces debería salir corriendo, ¿Porqué sigue acá? ¡Si saco una foto de la imagen que tiene de mi en su cerebro veremos a la peor escoria del universo! Y si esa persona me importa apasionadamente suelo cometer el peor error del mundo: intento dejar de ser como soy, quiero ser como esa persona preferiría que sea.
Cuando intentamos dejar de ser algo que somos se nos dispara el lazer de moon patrol, y ya es muy sabido que no se debe disparar hacia arriba... escupir hacia arriba reza un dicho. Todo empeora, las cagadas nos las mandamos con mayor intensidad y lo que antes molestó a esa persona ahora se multiplica, eso trae aparejadas más y más dicuciones y a mayor intento de no equivocarnos encontraremos muchas veces mayor equivocación. Andamos en puntas de pie a su alrededor pero por lo mismo perdemos el equilibrio y le volcamos un pote de pintura encima.
¿Que destino tienen las bestias? ¿Otras bestias? ¿No tenemos permiso en el ámbito de esos seres celestiales incapaces de equivocarse? Si son tan perfectos me pregunto como no se han dado cuenta aún de que mi chispa es imposible de planear: pero no por eso mi plan descuartizarlos con mis garras, es todo lo contrario, la bestia solo quiere abrazar.
miércoles, 4 de enero de 2012
Vida nueva
Comenzar un nuevo ciclo anual siempre es a la vez natural y a la vez revolucionante. Vemos con los ojos como nada ha cambiado, como el sol sigue saliendo, el colectivo sigue frenando en la misma parada. Pero sentimos por dentro que nos estamos ilusionando de un cambio para bien, de que se provoque algo nuevo por dentro. O por fuera. Aparecen a veces oportunidades nuevas. Algunos nos tenemos que quedar en la ciudad, sin vacación alguna. Se cambia de pareja mucho en estas épocas. Es como una bisagra importante en las relaciones, las vacaciones provocan un antes y un después en la vida de muchos.
Estar de vacaciones es ideal para separarse. Te vas a un lugar lleno de amigos que están de jolgorio, te zambullís en aguas frescas, tenés tiempo para ir a fiestas, beber y beber, luego dormir y descansar sin que nadie te moleste. Te gusta una persona y podes gracias a su sonrisa olvidar a la que quedó en otro espacio, en otro tiempo, en otras circunstancias. La separación no duele porque estas distraído en otras mil cosas y después cuando volvés, si tenés suerte el otro también se ha calmado y ya podes seguir tu vida sin las cosas de esa persona que te provocaban dolor.
Claro que las cosas buenas de esa persona luego se extrañarán en el momento menos pensado: cuando se empiece una nueva relación. Si la pareja tenía una amistad, reían mucho juntos, bueno se extrañará esa importante parte de la relación. Si las cosas iban bien en la cama, bueno se extrañara la cama, la piel que eso implica ¡Y cuanto se extraña una buena sincronización fisica!. Si la relación estaba basada en unos celos posesivos, eso no se extrañará en absoluto, es mas festejaremos la ausencia de ellos. Si estaba basada en un coloquio intelectual-artístico, también podría extrañarse depende el puesto que ocupaba uno en la pareja, si el de maestro o el de discípulo. Y aun los aprendices sentimos nostalgia de nuestros guías. Ahora si la cosa venia por un tema económico no se como será puesto que nunca he tenido una pareja por conveniencia.
El ciclo de la vida es tan interminable, no se termina de cerrar nunca, las personas van vienen, a veces no vienen y solo van, a veces vienen muchas a la vez, en un momento de confusión, a veces uno es el que va o viene o deja ir. Duele mucho pero es lo mejor, si querés a alguien de verdad dejalo ir, si vuelve todo bien y si no vuelve es porque no te lo merecías.
Estar de vacaciones es ideal para separarse. Te vas a un lugar lleno de amigos que están de jolgorio, te zambullís en aguas frescas, tenés tiempo para ir a fiestas, beber y beber, luego dormir y descansar sin que nadie te moleste. Te gusta una persona y podes gracias a su sonrisa olvidar a la que quedó en otro espacio, en otro tiempo, en otras circunstancias. La separación no duele porque estas distraído en otras mil cosas y después cuando volvés, si tenés suerte el otro también se ha calmado y ya podes seguir tu vida sin las cosas de esa persona que te provocaban dolor.
Claro que las cosas buenas de esa persona luego se extrañarán en el momento menos pensado: cuando se empiece una nueva relación. Si la pareja tenía una amistad, reían mucho juntos, bueno se extrañará esa importante parte de la relación. Si las cosas iban bien en la cama, bueno se extrañara la cama, la piel que eso implica ¡Y cuanto se extraña una buena sincronización fisica!. Si la relación estaba basada en unos celos posesivos, eso no se extrañará en absoluto, es mas festejaremos la ausencia de ellos. Si estaba basada en un coloquio intelectual-artístico, también podría extrañarse depende el puesto que ocupaba uno en la pareja, si el de maestro o el de discípulo. Y aun los aprendices sentimos nostalgia de nuestros guías. Ahora si la cosa venia por un tema económico no se como será puesto que nunca he tenido una pareja por conveniencia.
El ciclo de la vida es tan interminable, no se termina de cerrar nunca, las personas van vienen, a veces no vienen y solo van, a veces vienen muchas a la vez, en un momento de confusión, a veces uno es el que va o viene o deja ir. Duele mucho pero es lo mejor, si querés a alguien de verdad dejalo ir, si vuelve todo bien y si no vuelve es porque no te lo merecías.
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