martes, 27 de marzo de 2012

Ando por la vida como el Moon Patrol

Se acuerdan? El jueguito del tanque que avanzaba por un paisaje lunar donde perdías si caías en un pozo o si eras blanco de los OVNI. Nunca paraba de avanzar, podíamos acelerarlo, pero no frenaba. Si saltaba y también disparaba hacia arriba en linea recta. Yo ando por la vida haciéndome la que piloteo uno pero no tomo las decisiones: Le he cedido el volante a la bestia.
En mi caso el joystick está acelerando la mayor parte del tiempo y es por eso que me cuesta más calcular bien y evitar los pozos, de los disparos me evado mejor, pero los malditos pozos siempre me hacen estallar.
No me fue bien, no me va bien. ¿Que hacen ustedes cuando tienen un defecto muy pero muy instaurado y realmente no saben como repararlo? Yo escribo, me auto vuelvo loca la cabeza ya loca de por si pero igualmente no consigo dejar de ser este satélite fuera de órbita. Como un globo que lo inflan y después lo sueltan y sale disparado y no para hasta que está vacío.
No paro hasta que es muy muy tarde o ya hay demasiado lío alrededor.
Esa es la bestia. Yo no tengo clarísimo el porqué de todas mis actitudes. Y en contadas ocasiones pienso antes de hablar.
Me hace feliz cuando las personas que me rodean no se toman mi personalidad como un ataque personal sino como una excentricidad simpática o una estupidez ante la cual sonreír con ternura, hasta con pena incluso. En cambio me encabrona que me acusen de estar deseando el mal, en cualquiera de sus formatos.
Me sorprende la soltura con las que algunas personas se toman la atribución de hablar mal de mi conmigo. Yo siempre he bienvenido eso como una muestra de confianza y de sinceridad. Pero cuando ese discurso empieza a interferir con mi autoestima y se vuelve insistente hago un stop: ¿Que le pasa a esta persona? Si me ve así como dice entonces debería salir corriendo, ¿Porqué sigue acá? ¡Si saco una foto de la imagen que tiene de mi en su cerebro veremos a la peor escoria del universo! Y si esa persona me importa apasionadamente suelo cometer el peor error del mundo: intento dejar de ser como soy, quiero ser como esa persona preferiría que sea.
Cuando intentamos dejar de ser algo que somos se nos dispara el lazer de moon patrol, y ya es muy sabido que no se debe disparar hacia arriba... escupir hacia arriba reza un dicho. Todo empeora, las cagadas nos las mandamos con mayor intensidad y lo que antes molestó a esa persona ahora se multiplica, eso trae aparejadas más y más dicuciones y a mayor intento de no equivocarnos encontraremos muchas veces mayor equivocación. Andamos en puntas de pie a su alrededor pero por lo mismo perdemos el equilibrio y le volcamos un pote de pintura encima.
¿Que destino tienen las bestias? ¿Otras bestias? ¿No tenemos permiso en el ámbito de esos seres celestiales incapaces de equivocarse? Si son tan perfectos me pregunto como no se han dado cuenta aún de que mi chispa es imposible de planear: pero no por eso mi plan descuartizarlos con mis garras, es todo lo contrario, la bestia solo quiere abrazar.