Un amigo que me lee desde que empezé dice que lo que mas le divierte es cuando escribo desde el trabajo. Hoy le doy el gusto:
Me pasé la mañana en el frustrante intento de que muchas chicas vayan a un casting de "camisetas mojadas" (puede leerse también como "pezones a la vista" pero el uso de eufemismos mejora el trabajo). Es que este tipo de certamenes no son para cualquiera. Por la misma razón las chicas que llamabamos ya desde la foto tenian algun detalle por las cual mi jefe las eligió para ser llamadas. Generalmente este detalle eran unas enormes ubres que destacaban aun mas que sus bellas piernas o rostros angelicales.
Como no son las chicas que llamamos siempre para los casting "comunes" (este es un casting "non-sancto") generalmente los teléfonos ya no son los que dicen ser o te atiende otra persona.
En una de ellas me fueron pasando entre chicas el teléfono y decían ser las representantes de la chica en cuestión, que muy conocida no era, a lo cual termine diciéndoles que vayan todas al concurso de "niples" y no se como se lo tomaron, creo que no muy bien, pero ellas eran las que me querían marear con sus delirios de "famosismo". A veces hay que fagocitarlos rápido, descolocarlos, para que no lo hagan ellos con uno.
La que me desconcertó más fue esta: Dijo su casilla de correo de voz: "No te puedo atender o no te quiero atender" La pobre mujer, victima de un sistema, aparecía en la foto como una chica joven repleta de colágeno. Me quede pensando, con ese contestador quien te contrata? osea, yo estoy llamando por un laburo y ya me predispone mal su actitud.
No todas las llamadas que recibimos en el celular son de amigos, por eso hay que pensarlo bien antes de contratar el tema de Pity Alvarez para que suene en vez de un simple ring, o la tipica burla de que fingir que atendiste en el contestador y reírte del pobre imbécil que esta llamando a cientas de personas desde una oficina en la que por suerte tiene redes sociales para distraerse pero que invierte su tiempo y sus neuronas en un maldito celular... El trabajo dignifica pero a veces da ganas de tratar muy mal a las personas que no lo entienden.